Una vez más, os escribimos para informaros de lo acontecido durante este mes de julio.
En cuanto al número de socios, nos mantenemos sin altas ni bajas tras el reajuste realizado el mes pasado para descartar a los socios que no realizaron el pago de la cuota de este año. Ahora mismo contamos con 28 asociados, más los tres fundadores.
Y ahora os pondremos al día de los acontecimientos de julio.
Durante este mes no hemos realizado ningún rescate nuevo. Como ya sabéis, las casas de acogida de las que disponemos son muy poquitas (tres, concretamente) y están a tope, teniendo en cuenta que todas cuentan con sus propios gatos y, a mayores, los que tienen en acogida. Debido a la falta de casas de acogida y a que las adopciones están totalmente estancadas, ahora mismo no podemos hacernos cargo de más animales. Por suerte, tampoco hemos recibido ningún aviso urgente de ningún animal en apuros que necesitara nuestra ayuda, pero la realidad es que, de haberlo recibido, no hubiéramos podido recogerlo y esta situación nos tiene con el corazón en un puño… No obstante, que no hayamos aumentado la familia pegasera no significa que hayamos estado de brazos cruzados, ya que seguimos teniendo cinco gatos en acogida, más los gatos de las colonias, que siempre, unos por unas cosas y otros por otras, tenemos que andar a vueltas con ellos. Al fin y al cabo, es normal; como responsables de más de un centenar de gatos de colonia y, teniendo en cuenta que son animales que viven en la calle, expuestos a numerosos peligros, es normal que no haya un mes que nos libremos de varias visitas al veterinario… Pero para eso pusimos en marcha el Proyecto CES, así que nuestros felinos callejeritos estarán siempre bien atendidos, mientras los recursos nos lo permitan.
Pues sin más dilaciones, que nos enrollamos como las persianas, empezamos con las novedades.
Sobre los acogidos, no hay mucho que contar. Franky sigue como un rey, Esmeralda está estupendamente, Limón ha vuelto a tener un poco de diarrea unos días, pero ya está con tratamiento y mejorando. Anya nos tiene a todos algo sorprendidos; ya os habíamos contado que, la muy brujita, parecía no hacer muy buenas migas con otros gatos, no? Pues resulta que ahora, en su casa de acogida donde convive con otros tres gatos, está de muy buen rollito con todo el mundo. Es una buena noticia para todos; en primer lugar, para ella, porque no tenemos ninguna casa de acogida sin gatos, por lo que no le quedaba más remedio que resignarse a la vida de un hogar multigato, y por otro lado, para nosotras, porque no se cierra la puerta de una posible adopción con una familia que ya cuente con un gatete entre los miembros de la familia. Al parecer, con la llegada de Paris (ya os adelantábamos el mes pasado que su adoptante nos la devolvió tan solo 26 días después de adoptarla…), Anya se quedó totalmente enamorada de la pequeña bebé y se ha relajado bastante. Además, este mes la hemos llevado a revisión por el tema del oído y parece que, poco a poco, la cosa pinta algo mejor; de momento, van a completar un poco el tratamiento con idea de intentar acelerar un poco la resolución del problema. Ya os contaremos.
Sobre Paris, pues qué os vamos a decir de este caramelito!? Le está costando un poco ganar peso, aunque está muy sana y vivaracha. Posiblemente sea todo como consecuencia del estrés, pero quién se lo puede echar en cara? Si la pobre, en los últimos dos meses (y tiene tres…) ha pasado de vivir en la calle con su madre y sus hermanos a tener una familia que, supuestamente, iba a cuidarla y quererla para siempre, pero que en menos de un mes decidió devolverla como si fuera un juguete, pasando a estar durante unos días metida en una jaula hasta que pudimos reubicarla en la casa de acogida donde está ahora, con Anya y dos gatos más… Tantos cambios en tan poco tiempo, para un cachorrito que no entiende nada, acaban pasando factura. Ya le hemos puesto la segunda dosis de la vacuna que le tocaba este mes y queda pendiente la última para el mes que viene. Esperamos que pronto podamos daros buenas noticias sobre ella y que le encontremos su hogar definitivo cuanto antes.
Para terminar, con respecto al Proyecto CES, este mes no hemos realizado capturas, pero, como ya os decíamos antes, hemos tenido que acudir al veterinario con algunos de nuestros gatos de colonia. Legañitas, de la colonia La Pradera, apareció con una herida enorme en el cuello; la cuidadora se asustó bastante pero, por suerte, la cosa no fue muy grave y con la realización de curas en la clínica, sumado a los cuidados que le proporciona su alimentadora, esa herida ya es historia. Legañitas sigue con tratamiento para la gingivoestomatitis crónica que padece, así como Mila y Morín, compañeros suyos de colonia y los tres parecen mantenerse estables. El mes que viene nos toca llevarlos a los tres a revisión y ya os contaremos. Otra de nuestras callejeritas, Nami, de la colonia Rey, también sufre de gingivoestomatitis crónica, por lo que también ha ido a revisión para valorar su evolución; ha ganado algo de peso (estaba muy delgada) y está comiendo bien, así que parece que vamos por el buen camino controlando una enfermedad bastante complicada. También Mimi, de la colonia La Loma, visitó a nuestra veterinaria porque le salió un bulto en la cara que resultó ser un absceso de pus; con el tratamiento prescrito, se solucionó en pocos días y ya está estupenda. Por último, os ponemos al día sobre Varun, de la colonia Valquirias; ya os habíamos contado que habíamos tenido que llevarlo al veterinario en varias ocasiones para drenarle un montón de líquido que se le acumula en el abdomen y le habíamos hecho varias analíticas, tanto de sangre como del líquido extraído de su barrigota. Nuestra veterinaria nos aconsejó realizarle una ecocardiografía y eso hicimos; la cardióloga le realizó la prueba y no nos dio muy buenas noticias… Varun tiene una patología cardíaca congénita muy grave. Una de sus aurículas está muy aumentada de tamaño y la válvula tricúspide no le funciona, lo que provoca que la sangre no fluya por el corazón y los vasos sanguíneos como debería. El pronóstico es muy malo y la especialista nos recomendaba la eutanasia, ya que no hay cura para su enfermedad y lo único que podíamos hacer era darle tratamiento para intentar evitar la acumulación de líquido. Después de darle muchas vueltas, decidimos gastar ese último cartucho y probar con la medicación para ver cómo evolucionaba antes de plantearnos tener que despedirnos de él para siempre. Pues en esas estamos; nuestra veterinaria volvió a drenar el líquido abdominal antes de iniciar el tratamiento y, de momento, Varun ahí sigue, aguantando como un campeón. La verdad es que estamos muy sorprendidas del aguante que tienen a veces estos pobres animales. Aún es pronto para valorar la eficacia del tratamiento, a sabiendas de que no vamos a curarlo, pero sí al menos trataremos de darle la mejor calidad de vida el tiempo que sea posible. Ya os iremos contando cómo va la cosa.
Por el momento, estas son las novedades que os podemos contar. Como siempre, os seguiremos manteniendo informados de todo lo acontecido para que podáis sentiros parte de esta pequeña gran familia.
Muchas gracias!!!